Tanto en verano como en invierno, la calidad de vida está omnipresente en las ciudades del sur. En el laberinto de umbríos callejones medievales encontrará desde puestos de artesanía hasta tiendas
pintorescas, desde palacetes hasta museos
de renombre, como en Montpellier.
Las concurridas plazas son el lugar idóneo para hacer un alto en el camino y disfrutar de unos instantes de relax al ritmo mediterráneo, en la terraza
de un café pintoresco.
En Pézenas, al igual que en Béziers, la historia y el patrimonio son un marco excepcional para el teatro de la vida. Los ambientes y aromas despliegan todos sus encantos en los mercados o en las alegres fiestas que a menudo incorporan un acompañamiento musical.
Las tradiciones son vivaces y los festivales
muy animados. Forman parte de un ciclo anual
aguardado con impaciencia. En estas ocasiones
se pone de manifiesto la calidez humana
de las ciudades mediterráneas.