Descubierta en 1945 y declarada “lugar científico y pintoresco” por el Ministerio de Ecología,
es un paraje excepcional por la riqueza de sus concreciones de calcita y aragonito.
Este conjunto de galerías destaca, principalmente, por la actividad de las aguas subterráneas
que inundan la cueva durante las crecidas y no cesan de embellecerla.
Las finas, fistulosas y excéntricas cristalizaciones nos trasladan a un universo mágico de formas extraordinarias. Esta “Catedral del Tiempo” se sublima mediante un espectáculo de luz y sonido.
La visita se inicia con la presentación de una película. Los niños pueden descubrir, comprender y admirar este lugar gracias a una serie de programaciones específicas: vacaciones escolares, organizaciones de cumpleaños.
No se pierda en las proximidades: el Pont du Diable, uno de los puentes medievales más antiguos de Francia. Hermosas vistas desde el espacio habilitado junto a la carretera.
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