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Las montañas de Languedoc

A orillas del Mediterráneo, las montañas de Languedoc
aportan una nota verdosa entre los azules del cielo y el mar.

Pase sus vacaciones en el sur de Francia, en la montaña y cerca del mar. En Languedoc
se despliegan diversos paisajes ante quienes vienen a descubrirlos: vertiginosos desfiladeros,
torrentes impetuosos, escarpas rocosas, frondosos bosques y lagos majestuosos.
Los amantes del senderismo o de los paseos en bicicleta apreciarán los grandes espacios
y las amplias vistas panorámicas del itinerario.

Parc Naturel Régional, Haut-Languedoc - Hérault, le Languedoc © Photothèque Hérault Tourisme - S.Lucchese

No es necesario viajar durante horas para pasar de la orilla del mar a un ambiente totalmente distinto:
el de la media montaña de Languedoc.
Aquí los relieves, a veces escarpados, alcanzan altitudes superiores a los 1000 m y ofrecen una extraordinaria diversidad de panoramas.
Un entorno maravilloso para los senderistas: desde los contrafuertes de Cévennes por el este, hasta los bosques del Parque Natural de Haut-Languedoc
por el oeste.

Los paisajes y los ambientes cambian a medida que se asciende. Los frondosos castañares y encinares dan paso a los bosques de coníferas,
los tremedales o las landas.

Los arroyos se vuelven torrenciales y descienden por las aristas rocosas o excavan vertiginosos desfiladeros.

Pero la montaña de Languedoc es también
la tierra de la gastronomía.

Aquí la calidad de vida pasa más que nunca por los productos típicos, que son de una riqueza y una diversidad incomparables. Los amantes de la buena mesa encontrarán aquí el paraíso terrenal, una mezcla de influencias mediterráneas y sabores montañeses: productos de salazón, fruta, caza, setas, pescado de río, quesos, etc. Si la naturaleza encierra todos los sabores, toda la naturaleza se concentra aquí.

Estas delicias, regadas con los grandes vinos de Languedoc, prolongan el placer de todos los ciclistas, senderistas o simples paseantes.