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Los vinos de Languedoc

La viña está omnipresente en Languedoc. Los viticultores amantes del terruño y los enólogos más expertos aguardan aquí al visitante. Déjese guiar, con una copa en la mano y los ojos bien abiertos, por los itinerarios de degustación o los descubrimientos enológicos.

En el sur de Francia la viña se extiende como un hilo conductor por una inmensa variedad de paisajes de Languedoc: desde los vinos del mar Mediterráneo hasta el Canal du Midi, pasando por Cœur d’Hérault,
Grès de Montpellier, las Cévennes o el pico Saint-Loup

Los viñedos del Canal

En los alrededores de Béziers, región de gran riqueza humana e histórica, el Canal du Midi dinamizó el comercio vinícola entre los siglos XVII y XIX. Los viñedos están jalonados de testimonios del esplendor pasado. Las “Folies Languedociennes”, por ejemplo, son residencias señoriales de estilos arquitectónicos variables, donde se mezclan las fachadas del manoir inglés, de la villa italiana o del château renacentista.

Los vinos de mar

Este es un territorio en el que confluyen la viña y el mar. La brisa marina atempera las diferencias térmicas
y homogeneiza el clima. Los vinos blancos que nacen aquí no temen al mar: su afinidad
con los moluscos y los peces es una evidencia.
Los viñedos entablan amistad con algunos lugares míticos, como los flancos de la catedral de Maguelone, erigida entre el cielo, la tierra y el mar desde la Alta Edad Media, o con las colinas que dominan la laguna de Thau y ofrecen vistas excepcionales del Mediterráneo.

Vignoble - Villeneuve-lès-Maguelone - Hérault, le Languedoc © Photothèque Hérault Tourisme - C.Gauthier

3 denominaciones de gran personalidad

Al oeste de Languedoc, en el sector comprendido entre el Canal du Midi, la Montagne Noire y el Parque Natural de Haut-Languedoc, los paisajes y los vinos muestran un carácter más firme. Minervois, Saint-Chinian y Faugères son tres denominaciones que traspasan fronteras desde hace ya tiempo. Aquí los muretes de piedra seca disponen las viñas en terrazas, que se acomodan entre las colinas,
los valles y los ríos impetuosos.

Vignoble du Berlou - Saint-Chinian - Roquebrun - Hérault, le Languedoc © Guy Lebreton

Grés de Montpellier

Así como Montpellier es la ciudad francesa con mayor superficie de viñedos plantados en el área metropolitana, la denominación de origen “Grés de Montpellier” se extiende hasta las puertas de Larzac. Más al este, los cerros poco elevados y abiertos al mar Mediterráneo alrededor de Lunel producen una de las cuatro denominaciones de origen de vinos dulces naturales: el Muscat de Lunel.

El viñedo de Cœur d’Hérault

Desde el Pas de l’Escalette, los contrafuertes de Larzac o el valle del Buèges, la naturaleza, los pueblos, los viticultores y el patrimonio enriquecen a partes iguales los tesoros de Cœur d’Hérault. Montpeyroux, Saint-Saturnin y Cabrières destacan tanto por sus vinos como Saint-Guilhem-le-Désert por su belleza y su interés histórico, o el lago de Salagou por sus actividades de ocio al aire libre.

Vignoble du Clermontais - Hérault, le Languedoc © OTI Clermontais

Entre Cévennes y
el pico de Saint Loup

Los paisajes espectaculares que se encuentran entre Cévennes y Montpellier están cubiertos de viñedos. En el centro, el pico de Saint Loup forma una gigante escultura de pendientes escarpadas. Una mano gigante parece haber peinado cada parcela, que ondula según las curvas de nivel. La garriga, con sus aromas de encina, pino de Alep, enebro o jara, define el buqué olfativo de los vinos del pico de Saint Loup.