El circo de Mourèze le brinda un sorprendente decorado natural formado por rocas calcáreas que, al ser esculpidas por la erosión, han formado un paisaje ruiniforme. Sus extrañas formas se prestan a todo tipo de interpretaciones
El circo de Mourèze le brinda un sorprendente decorado natural formado por rocas calcáreas que, al ser esculpidas por la erosión, han formado un paisaje ruiniforme. Sus extrañas formas se prestan a todo tipo de interpretaciones
Un caos de rocas calcáreas de dimensiones gigantescas nos transporta a un universo mágico, intemporal, ¡casi extraterrestre! Diferentes circuitos de senderismo le ofrecen la posibilidad de lanzarse a la aventura en las 300 hectáreas de este excepcional e insólito patrimonio natural.
En el mirador del parque de los Courtinals, se ha instalado una mesa de orientación desde donde podemos disfrutar de un amplio panorama del circo y del pintoresco pueblo de Mourèze.
El Circo de Mourèze sirvió de cobijo a los hombres de la prehistoria (encontramos diversos oppida y cavernas) y más tarde a carboneros y pastores. Hoy en día, la ausencia de rebaños permite que la vegetación recubra el paraje frecuentado, sobre todo, por senderistas con ánimo de perderse por el laberinto natural de sus extrañas rocas.
Desde Clermont l'Hérault, tome la carretera D908 en dirección a Bédarieux. Recorra aproximadamente 6 km y tome a continuación la D8E4 hacia Mourèze. A la entrada del pueblo, es posible estacionar en el aparcamiento de la derecha o en otro, situado un poco más adelante a la izquierda, antes de cruzar el pequeño puente. Se accede al circo por el centro del pueblo.
